Diseñada una técnica que induce la producción y crecimiento de cristales de apatita para crear una estructura idéntica a la del esmalte dental natural
El esmalte dental, esto es, la capa de hidroxiapatita que recubre nuestras piezas dentales, constituye el tejido más duro de nuestro organismo.
Una ‘dureza’ totalmente necesaria dado que, en su misión como ‘protector’ de los dientes, este esmalte debe soportar las fuerzas mecánicas del masticado y la exposición a ambientes muy ‘hostiles’, caso de las temperaturas extremas y la acidez de algunos alimentos y bebidas.
Durante toda la vida. De hecho, el deterioro del esmalte es la causa de la aparición de las caries y de otras enfermedades que pueden dar lugar a la pérdida del diente.
Y es que una vez deteriorado –o perdido–, y a diferencia de lo que sucede con la inmensa mayoría de tejidos del organismo, el esmalte no se puede regenerar. O así ha sido hasta ahora, dado que investigadores de la Universidad Reina María de Londres (Reino Unido) han hallado la manera de dirigir el crecimiento de materiales mineralizados para regenerar los tejidos duros como el esmalte –y también los huesos.
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